¿Cómo gestionamos la madurez?

Con la llegada de la reforma de las pensiones muchas empresas han visto truncadas sus expectativas de "liberarse" de mano de obra muy costosa pero que aporta experiencia para contratar nuevos empleados mucho más jóvenes que cobrarían mucho menos y aportarían un alto nivel formativo. Frente a esta situación muchos empresarios culparán a Zapatero de condenarles a seguir con esa condena un par de años más.

No entremos a valorar ahora la reforma de las pensiones porque poco podemos hacer sobre esa decisión en este momento. Hagamos un poco de autocrítica: ¿qué nos ha llevado a esa situación?



En teoría un trabajador con experiencia debe aportar un plus significativo a la productividad, eficiencia y calidad de los procesos de trabajo. Sólo de esa manera se entiende que cobre más que un recién llegado. Por lo tanto, si admitimos que esa diferencia salarial no está justificada, debemos admitir que nos hemos equivocado y que, posiblemente, nos seguimos equivocando. Analicemos las posibles causas:

  • Al empleado le sobra experiencia pero le falta formación. ¿se la hemos ofrecido? ¿nos hemos preocupado de conocer que tipo de formación le falta? ¿la formación que ha recibido era apropiada para mantenerse al día de las novedades en su puesto de trabajo?
  • La política retributiva de la empresa no es correcta. No es lógico pensar que alguien más productivo cobre menos que alguien menos productivo aunque sea mucho más joven. Quiero pensar que me pagan por producir, no por tener los años que tengo.
  • No valoramos la experiencia. Es cierto que los métodos de trabajo cambian y que lo hacen a un ritmo vertiginoso, pero hay cosas que han funcionado durante décadas y no siempre es buena idea cambiarlo todo de la noche a la mañana.

A lo mejor no todo es culpa de Zapatero...

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