Nunca he sido simpatizante de Apple. Ni tengo Iphone, ni Mac, ni Ipad, ni nada con una manzana dibujada en su parte posterior. Sin embargo, ante este discurso, me quito el sombrero:
Lo aprendimos de forma inconsciente cuando decíamos: "he aprobado 4 y me han cateado 3". No éramos conscientes pero estábamos atribuyendo la responsabilidad de nuestros éxitos a nosotros mismos y la de nuestros fracasos a los demás. Nadie aprobaba mates porque le cayese muy bien al profe, pero sí sucedía de forma frecuente lo contrario. En la facultad de psicología de la UAB nos explicaban que esto era un mecanismo inconsciente para proteger nuestra autoestima. Parece que si nos hiciéramos culpables de todo lo malo que nos sucede, no podríamos soportarlo. En el entorno laboral sucede algo parecido. Todos quieren salir en la foto cuando se consigue algo positivo, pero se esconden lo mejor que pueden y saben cuando hay un problema. En realidad, a quién atribuimos la responsabilidad de las cosas que nos pasan puede llevarnos de la excelencia a la mediocridad. Echar la culpa a otros de nuestros "suspensos" es una irresponsabilidad. Si además nos lo creemos, no haremo
Es una carencia grave de muchos mandos en cualquier compañía: no saben delegar. Son sobradamente conocidas las e xcusas más habituales frente a la incapacidad de delegar: “Ya lo hago yo, porque total, tardo más en explicárselo que en hacerlo” o “cada vez que lo dejo en manos de alguien las cosas no salen, así es que ya ni lo intento…”o “esto solo lo puedo hacer yo” . De cualquier forma, estas frases reflejan las excusas para explicar que no se está delegando. Sin embargo, muchos directivos no son conscientes de que no saben delegar. Ellos defienden que sí porque A es responsable de esto, B de aquello y C de lo de más allá. En cambio, cuando preguntemos a sus colaboradores, posiblemente nos dirán aquello de "aquí no se mueve un boli sin que X de su aprobación". Puede ser cierto que cada miembro del equipo tiene unas responsabilidades teóricas, pero nadie tiene ningún tipo de poder de decisión y suele existir un control exhaustivo de cada una de las tareas que realiza
Ya llevamos varios años planteándonos todos los cambios posibles para mejorar la rentabilidad de todos los procesos, aunque ya vimos hace tiempo los riesgos de considerar sólo criterios económicos y que no debemos dejarnos llevar por la moda del cambio por el cambio . Son muchas las empresas que se plantean la posibilidad de subcontratar procesos de trabajo. Los motivos pueden ser muy diferentes: Ahorro de costes. Mayor flexibilidad laboral. Permite una respuesta más ágil frente a las demandas de un mercado que es cada vez más cambiante. Especialización y/o mayor efectividad en tareas que no son de propia actividad de la empresa (seguridad, limpieza, logística, etc.). Mayor seguridad. El outsourcing asume sus propios errores y riesgos. Innovación. La subcontrata supone una nueva forma de trabajar que llega a la organización desde el exterior. Centra el talento y el esfuerzo en las áreas clave de la empresa, aquellas que no son susceptibles de ser subcontratadas. Sin em
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