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Mostrando entradas de enero, 2012

El conflicto y la búsqueda de soluciones

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Normalmente, cuando escuchamos la palabra "conflicto" se nos encienden todas las alarmas y solemos relacionarlo con una experiencia negativa que generará muchos problemas. Sin embargo, la resolución de conflictos puede generar cambios positivos para los individuos y para el grupo. La realidad es que, por mucho que intentemos evitarlo desde las áreas de personal, los conflictos tienen que producirse por los diferentes intereses y puntos de vista que pueden tener las personas que forman el grupo. Al trabajar en equipo, es inevitable. En ocasiones es necesario llegar al límite para que el conflicto estalle y las partes implicadas busquen las soluciones de manera abierta. Las ventajas de los conflictos radican en los acuerdos a los que nos obligan a llegar para solucionarlos. Esos acuerdos enriquecen la organización, la hacen avanzar y fortalecen al grupo. Evitar los conflictos supone evitar responsabilidades. Los conflictos superados nos hacen más fuertes como organiz

¿Qué pasa cuando no tenemos toda la información?

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En determinados juicios, ante situaciones muy traumáticas, los psicólogos deben ayudar a los testigos a diferenciar aquello que realmente vieron de lo que su mente ha ido añadiendo para completar la información que les faltaba. Esto, evidentemente, sucede de forma totalmente inconsciente y el cerebro asume esa información como cierta. Cuanto más tiempo pase entre los hechos y la declaración, mayor será el porcentaje de información inventada y menor el de información real. El ser humano necesita obtener respuestas a determinadas preguntas que considera importantes. Nadie sabe con certeza que sucede después de la muerte, pero muchos creen que sucederán ciertas cosas sin tener la más mínima prueba de ello. La religión, por ejemplo, es una respuesta a esa necesidad de saber, aunque no se funde en nada comprobable. En el entorno laboral sucede lo mismo: si veo cambios a mi alrededor que no puedo explicar y me preocupan,  buscaré respuestas donde haga falta, basándome en mi intuició

La importancia de las cosas poco importantes

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Hace unas semanas, hablaba con una persona sobre los problemas que tenía con un compañero de trabajo. Estuve un buen rato escuchando atentamente lo que me decía, sin dar ningún tipo de feedback e intentando entender qué hacía que se sintiera tan mal. A medida que iba hablando, iba reflexionando sobre lo que había pasado y se fue dando cuenta de que, en realidad, no era para tanto. Entonces, entre lágrimas, me lanzó la siguiente pregunta: "a ti todo esto te parecerá una tontería, ¿verdad?". Lo cierto es que, visto desde fuera, no parecía nada que no se pudiera solucionar con una simple conversación entre las dos personas afectadas. Sin embargo, una de esas personas lo había vivido de forma muy negativa y la hacía sentirse mal. En ocasiones, estamos tan metidos en ambiciosos proyectos que nos olvidamos de la gestión del día a día. Esos pequeños problemas que, a priori, no parecen importantes pero pueden suponer que una persona caiga en un estado de desmotivación y desil