¿Mejor contratar personal sobrecualificado?

La actual situación económica hace que los procesos de selección hayan cambiado radicalmente. Hace pocos años las empresas tenían serias dificultades para encontrar personal y ahora sucede lo contrario. Como muestra, los portales de empleo ofrecían servicios para destacar las ofertas de trabajo y ahora ofrecen destacar currículums por un módico precio. Está claro que el paradigma ha cambiado y eso lleva a que en cualquier proceso de selección haya muchísimos candidatos, pero la duda sigue siendo la misma: ¿cuál de ellos es el mejor? 

Muchas empresas, sobretodo pequeñas y medianas, se sienten afortunadas porque están consiguiendo contratar perfiles muy cualificados para los puestos que tienen que desarrollar, en ocasiones demasiado. En España, el nivel de sobrecualificación es de un 31%, frente al 19% de la Unión Europea. ¿Es positivo contratar a alguien con mayor formación de la necesaria para un puesto de trabajo?

Llega el momento de plantearse las eternas preguntas del técnico/a de selección:
  • ¿quiere?
  • ¿puede?
  • ¿sabe?
Frente a la primera pregunta, en el caso de un perfil sobrecualificado, difícilmente podremos dar una respuesta contundente. ¿Quiere porque le gusta el trabajo y le atraen las condiciones o porque tiene que pagar una hipoteca? ¿Querrá también dentro de unos meses?



En la segunda y en la tercera cuestión no deberiamos tener problemas si la primera es realmente afirmativa. Pero en realidad, ¿puede o sabe más que alguien con un nivel formativo inferior? ¿Su formación le capacita realmente para el puesto a desarrollar? El sistema educativo en nuestro país deja bastante que desear en la aplicación práctica de los conocimientos adquiridos durante el período universitario. Si además buscamos a una persona que ha orientado su formación hacía otra rama profesional, el valor añadido es 0.

Supongamos que aceptamos que no hay problema en que dentro de un tiempo el candidato deje de querer el puesto y contratamos. En ese caso, deberemos plantearnos que pasará por la cabeza de alguien que se ha preparado durante mucho tiempo para hacer algo que ahora no puede hacer.

Es lógico pensar que hay gente realmente interesada en realizar un trabajo de inferior cualificación pero, considerando que la actitud es una pieza fundamental para la correcta adaptación a un puesto de trabajo, la sobrecualificación de un candidato no garantiza el éxito por sí misma.

Finalizo este post con una frase de Marcos Urarte: "Contratamos por el talento y despedimos por el talante". Cierto, como la vida misma.

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