Año nuevo, ¿los própositos de siempre?

En pocos días acabará 2012 y, como cada año, nos propondremos retos muy similares a los que nos propusimos en años anteriores y no pudimos cumplir: ir al gimnasio, dejar de fumar, adelgazar, etc. Cuando pensemos en ello, nuestro subconsciente ya sabrá que no lo vamos a conseguir. ¿Por qué deberíamos conseguirlo este año y no en los anteriores? Además, este año será nefasto para conseguir todo aquello que tenga que ver con el entorno laboral y económico. Ya he llegado al punto de conocer personas que, a pesar de estar en paro, no buscan trabajo porque con la tasa de desempleo actual, será imposible que encuentren algo.

Sin embargo, bien enfocado, hacer el ejercicio de reflexionar sobre los propios objetivos personales para el próximo año puede ser muy positivo. Pocas veces nos damos esa oportunidad a lo largo de 365 días, aunque es posible que no consigamos los resultados esperados porque lo enfocamos de forma equivocada.



La primera pregunta que debería plantearme es ¿cómo quiero estar cuando acabe el próximo año? A veces nos planteamos objetivos porque "toca" o está socialmente bien visto. Por ejemplo, ¿realmente quiero dejar de fumar si a mi no me supone ningún problema real?

La siguiente pregunta que debo hacerme es ¿que puedo hacer yo para cumplir ese objetivo? Si yo no puedo hacer nada, no vale la pena que piense en ello. Pasará o no en función de variables que yo no puedo controlar. En el caso de que yo pueda o deba hacer algo para que mis deseos se cumplan, debo marcarme metas temporales para conseguirlo. Por ejemplo, si deseo encontrar trabajo durante 2013, mi propósito no debería ser un vago "quiero encontrar trabajo", porque eso dependerá de variables diversas. Sin embargo, yo puedo hacer cosas para encontrar trabajo durante el 2013 como apuntarme a un curso de contabilidad durante la primera quincena del año, actualizar mi currículum antes de que acabe enero, retomar mi blog profesional con dos entradas por semana antes de febrero, dedicar x horas semanales a mejorar mi red de contactos para llegar a un klout de 30 antes de marzo, etc.

Cumplir las metas me supondrá esfuerzo y tiempo, por lo que tampoco conviene abordar muchos propósitos a la vez.

Las metas deben ser, además de medibles y realistas, lo más concretas posible. Siguiendo con el ejemplo anterior, sería mejor plantearme quiero encontrar un trabajo estable con un mínimo de ingresos mensuales, ya que con un "quiero encontrar trabajo" puede que consiga que una ETT me ofrezca un contrato de una semana y ya habré cumplido mi propósito, pero mi nivel de satisfacción será insuficiente.

En el caso propuesto como ejemplo, hay variables externas que pueden influir en el resultado final, por lo que debo ser consciente de que existe un cierto riesgo de no poder cumplir con mis expectativas. En ese caso, toca redefinir las metas para volverlo a intentar durante 2014.

Dicho esto, y aunque no sea un propósito concreto, medible o realista, os deseo una Feliz Navidad y un próspero Año 2013. Ojalá en este nuevo año se cumplan todos vuestros propósitos

Comentarios

Entradas populares de este blog

Echa la culpa a otro. Serás mediocre pero feliz

Delegar no es asignar tareas

Ventajas y desventajas de la subcontratación