¿De verdad no sirve para nada el expediente académico?

Pues que dice Google que el expediente académico no sirve para nada. Evidentemente, como lo dice la empresa de la G, se empiezan a sumar a esta teoría un montón de consultoras que posiblemente utilizarán esta premisa como estrategia de marketing para vender nuevos criterios de selección a sus clientes. A cambio, nos explican que hay que fijarse en otra serie de habilidades como “la creatividad, la innovación, la resiliencia, los conocimientos tecnológicos o el ingenio”. Parece que todas estas características no correlacionan con el expediente. Raro, ¿no? Al menos a mí siempre me habían explicado lo contrario. Parece que si uno es muy bueno en el manejo de la tecnología, lo tendrá más difícil para elaborar un buen proyecto de final de carrera.

Google y las consultoras olvidan un elemento clave en su análisis: la pasión. Dejan a un lado a todos esos candidatos que hicieron una carrera porque les ilusionaban los temas a tratar y disfrutaron con la gran mayoría de asignaturas estudiadas. Eso les hizo sacar buenas notas, pero interesarse constantemente por un tema concreto y buscar constantemente el conocimiento parece que tampoco correlaciona con el mayor desempeño laboral.

Lo que sí parece determinante para predecir el desempeño laboral es la innovación, el liderazgo, la red y el diseño. Ya hablamos sobre lo sobrevalorada que está la innovación en algunos casos. Parece que si no cambias todos los procedimientos de una empresa, no eres nadie. Pasa algo similar con la capacidad de liderazgo. ¿Qué haríamos en un departamento dónde todos somos (o queremos ser) líderes? ¿Acaso no necesitan las empresas personas que sigan a estos líderes?

Eso sí, al menos tienen en cuenta la capacidad para relacionarse del candidato. Lo que en las empresas con menos glamour y dónde los de RRHH cobramos algo menos llamamos inteligencia emocional. Claro que, como sucede con casi todo, si le cambias el nombre, incrementas el precio.


Hace ya unos años, estuve trabajando en la validación psicotécnica de un test de conocimientos generales. Candidatos que optaban a puestos poco técnicos, cumplimentaban un test con preguntas sobre matemáticas, lenguaje y lógica. Como hace Google, también debían marcar su nivel de estudios finalizado. De esta manera pretendíamos controlar esta variable sobre el resultado final.

Evidentemente, el nivel de estudios correlacionaba de forma estadísticamente muy con el resultado del test y con el desempeño demostrado en el puesto de trabajo después de unos meses. Es decir, más que el test, el predictor del desempeño posterior era el nivel de estudios del candidato. ¡¡Inexplicable!! Buscaré en internet a ver si encuentro una respuesta coherente. Eso sí, creo que utilizaré el buscador de Yahoo o el de Microsoft.

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